Érase una vez...

Hay un fantástico relato que cuando lo leí por primera vez, me emocionó enormemente. Hoy quiero dedicárselo en especial a Albahaca, a Tesorete y a Poche ya que están viviendo una de las mejores experiencias que le pueden suceder a una mujer. Para vosotras con todo mi cariño.

"Érase una vez, un niño a punto de nacer que se acerca a Dios y le dice:
- Me dicen que me vas a enviar a la Tierra pronto, ¿pero cómo voy a poder vivir allí siendo yo tan pequeño e indefenso?
Dios le contestó:
- De entre los muchos ángeles que conozco, he elegido uno para ti. Te estará esperando y te cuidará.
- Pero – dijo el niño – aquí en el cielo no hago otra cosa que cantar y reír ¡y eso es todo lo que necesito para ser feliz!
Dios le dijo:
- Tu ángel cantará para ti, cada día y así sentirás su amor y será feliz.
Pero el niño siguió…
- ¿Cómo voy a poder comprender a la gente cuando me hablen si desconozco su idioma?
- Eso es fácil – le dijo Dios – tu ángel pronunciará las palabras más bonitas y encantadoras que jamás hayas escuchado y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.
En niño miró a Dios y le dijo:
- ¿Y qué voy a hacer cuando quiera hablar contigo?
Dios sonrió y le contestó:
- Tu ángel te juntará las manitas y te enseñará a orar.
El niño seguía preguntando:
- También me han dicho que en la Tierra hay hombres malos. ¿Quién me va a proteger?
Dios le abrazó y le dijo:
- Tu ángel te defenderá ¡hasta el punto de entregar su vida por ti si fuese necesario!
El niño quería saber más aún y le preguntó a Dios:
- ¿Cómo se llama mi ángel?
- Su nombre no importa mucho – y añadió – sólo tienes que llamarle Mamá".